9/3/08

Ya es la hora del ayer, compañero


Vida del ahorcado de Pablo Palacio es una narración con aspecto surrealista al basar todos los acontecimientos alrededor de un cubo al cual se lo puede considerar como “magno” ya que está en medio de otros cubos pequeños donde cada hombre, buscando ser él mismo, se saca su máscara en medio de la soledad y tinieblas (noche).

El “cubo magno” se presenta como un cuadro surrealista donde cada individuo que entra es deformado, pierde grandeza (adelgazando o achicándose) y se vuelve uno con el resto. Aquí se evoca lo nuevo, el cambio, el devenir que rompe lo anterior por gritos de falsa liberación sin tener conocimiento de que cada uno es esclavo de sí mismo.

El texto se rige de un fluir de conciencia del ahorcado que cuenta aparentemente en cada amanecer una historia interesante obtenida de algún medio que, especulando, puede ser un periódico. Estos relatos son intervenidos por ideas del personaje siendo una narración fragmentada, sin un hilo conductor, lo cual hace característico a los relatos de Palacio el tener una lectura rápida con la presencia de elipsis.

El narrador (protagonista) interactúa con el lector expresando una crítica de la sociedad, en que se recalca la dirigida hacia la religión que juega un papel importante en su época pudiendo provocar caos al evaluar la fragilidad en la que se presenta: fe impuesta.

A continuación existen ciertos cuestionamientos referentes a la confusión producida al saber si la amada de Andrés, Ana, existió en verdad y cuál fue su falta, si se refería quizá a un embarazo que le llevó a escaparse abandonando el cubo, lo que incomodaba a Andrés que la acompañó. Además por qué fuera del cubo se nos puede considerar gusanos, qué tipo de grandeza nos otorga el cubo, será que fuera del mismo ya no existen máscaras.

David Salcedo C. (09/03/2008)

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