Uno de los últimos libros que habremos leído en aquella época por terminar llamada Secundaria... si no te quedas a suple claro!
Casi cerrando con broche de oro. Digo... aún no termina y mientras sigamos dándole, hay que aprovechar: "Opio en las Nubes" de Rafael Chaparro Madiedo.
Siguiendo la evolución de autores hacia la conteporaneidad tenemos ante nosotros un nuevo estilo. Uno que sigue siendo particular y original (al menos para mí y los que conozco); en el que destaca una técnica muy refinada que nos conduce violentamente de un relato a otro, estrellándonos contra sus personajes y realidades y aturdiéndonos (o despabilándonos) cada vez que un detalle "insulso" se nos cruza de repente... siempre haciéndonos desear más.
Es un estilo directo y efectivo, mezclado con una infinidad de experiencias sensoriales nos insinúa una percepción "drogada" de la realidad:

Siguiendo la evolución de autores hacia la conteporaneidad tenemos ante nosotros un nuevo estilo. Uno que sigue siendo particular y original (al menos para mí y los que conozco); en el que destaca una técnica muy refinada que nos conduce violentamente de un relato a otro, estrellándonos contra sus personajes y realidades y aturdiéndonos (o despabilándonos) cada vez que un detalle "insulso" se nos cruza de repente... siempre haciéndonos desear más.
Es un estilo directo y efectivo, mezclado con una infinidad de experiencias sensoriales nos insinúa una percepción "drogada" de la realidad:
"Amarilla se arregla las uñas y me corta uno de los bigotes. Puta mierda. Siempre hace lo mismo cuando está deprimida. Luego subimos a la azotea y Amarilla abre los brazos, respira y me dice que la mañana está perfecta para suicidarse. Entonces me agarra y me lanza a otra azotea que queda más abajo y doy vueltas y vueltas y por mis ojos pasan el cielo azul, los edificios, las nubes, el sol, las ventanas, los ruidos y finalmente caigo parado en la otra azotea en medio de un poco de ropa extendida y digo, mierda, esta Amarilla es cosa seria."
De estos, el recurso más interesante es el frecuente bombardeo de imágenes, olores, sonidos, voces; que usualmente termina con "trip trip trip" o algún estribillo como "touch me"; "I can live with or without you":
"Las ventanas. Los rostros que se asoman por la ventana. Las puertas. Los perros. Guau guau. Otro disparo. Pum. Mierda. Ugh. Zas. Un vidrio roto. Una sirena. Una puta que corre. La ropa. Un árbol. El aire. La calle. Que cosa tan jodida. Ese olor. Ese olor. Diez de la noche. Un poco de lluvia trip trip trip.".
Sin dejar de lado la simplicidad de la narración, en contenido, que nos hace pensar en la cotidianidad de las vidas de los personajes como en el transcurrir de una película sin prisa.
Y precisamente el cine, la música, el esitilo de vida, etc estadounidenses en especial, parecen ser las influencias más marcadas de Chaparro Madiedo para escribir esta novela.
Para muestra; el espacio en el que cada relato se desarrolla, es una Bogotá distinta o al menos vista a través de la vida suburbana transcurrida en las noches y días tristes (y melancólicos) de cualquier gran metrópoli: Bares, mar, calles, callejones, vagos, edificios...
Iván Suárez Arias 02-05-2008
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