Cuando me toque a mí describe a la vez con amargura y humor la desesperanza de personajes que sobreviven o mueren en una sociedad ante la cual se sienten impotentes por su mala administración en donde priman los intereses individuales disfrazados por máscaras de hipocresía.
Alrededor de su personaje central, un médico legista solitario y escéptico cuya principal compañía son los cadáveres, la película va tramando un tejido de vidas de los diversos personajes de Quito, vinculados por acontecimientos sombríos: la madre y el hermano del legista, un taxista, una mujer, su marido y su amante, un costeño recién emigrado a la capital... Todos esos destinos terminan entrecruzándose en la morgue.
La realización de Arregui invita a la reflexión respecto de un país que estuvo, está y estará en la mierda ya que desde antes que cualquiera de nosotros existiera, si leemos periodos antiguos de la ciudad, podremos darnos cuenta que las noticias solo son negativas llenas de quejas... la conclusión que genera el film es que cada ecuatoriano debe dejar a un lado el solo presentar disconformidad, en lugar de ello, debe convertirse en un ente activo que busque el cambio positivo evitando caer, como el legista, en un sistema mecanizado que nos vuelve fríos, muertos, ZOMBIES.
La mezcla de desesperanza y humor negro nos presenta una pintura implacable de la sociedad quiteña pero este tipo de humor es el complemento más importante de la película ya que trata la realidad de lo que sucede a diario en los alrededores de la ciudad con acontecimientos que a veces causan gracia por sus coincidencias que pueden ser fatales como el ver a tu amante en la morgue cuando en verdad esperabas ver el cuerpo inerte de tu ex pareja o enterarte de la tendencia de tu hermano al recibir el cadáver de su acompañante.
Alrededor de su personaje central, un médico legista solitario y escéptico cuya principal compañía son los cadáveres, la película va tramando un tejido de vidas de los diversos personajes de Quito, vinculados por acontecimientos sombríos: la madre y el hermano del legista, un taxista, una mujer, su marido y su amante, un costeño recién emigrado a la capital... Todos esos destinos terminan entrecruzándose en la morgue.
La realización de Arregui invita a la reflexión respecto de un país que estuvo, está y estará en la mierda ya que desde antes que cualquiera de nosotros existiera, si leemos periodos antiguos de la ciudad, podremos darnos cuenta que las noticias solo son negativas llenas de quejas... la conclusión que genera el film es que cada ecuatoriano debe dejar a un lado el solo presentar disconformidad, en lugar de ello, debe convertirse en un ente activo que busque el cambio positivo evitando caer, como el legista, en un sistema mecanizado que nos vuelve fríos, muertos, ZOMBIES.
La mezcla de desesperanza y humor negro nos presenta una pintura implacable de la sociedad quiteña pero este tipo de humor es el complemento más importante de la película ya que trata la realidad de lo que sucede a diario en los alrededores de la ciudad con acontecimientos que a veces causan gracia por sus coincidencias que pueden ser fatales como el ver a tu amante en la morgue cuando en verdad esperabas ver el cuerpo inerte de tu ex pareja o enterarte de la tendencia de tu hermano al recibir el cadáver de su acompañante.
David Salcedo C. (18/02/2008)
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